divendres, 19 de febrer del 2010

L'acidificació dels oceans

L'oceà absorbeix aproximadament una quarta part de l'addició de CO2 a l'atmosfera per les activitats humanes cada any, reduint considerablement l'impacte d'aquest gas d'efecte hivernacle sobre el clima. Quan el CO2 es dissol en l'aigua de mar, es forma àcid carbònic. Aquest fenomen, anomenat l'acidificació de l'oceà, està disminuint la capacitat de molts organismes marins per construir les seves petxines i estructura òssia. Els estudis de camp suggereixen que els efectes de l'acidificació en algunes Calcifiers principals marina ja pot ser detectable, i posseeixen un alt contingut de CO2 ambients marins presenten grans canvis en els ecosistemes marins següents tendències esperades a partir d'experiments de laboratori. No obstant això, l'impacte de l'acidificació dels oceans i com aquests impactes poden propagar a través dels ecosistemes marins i afecten a la pesca continua sent en gran part desconegut.

dimecres, 27 de gener del 2010

''LOS AMANTES DE VALARDO''




Arqueòlegs italians van trobar en la ciutat de Màntua una sepultura amb dos esquelets abraçats, que tenen més de sis mil anys, va informar la Superintendecia Arqueològica de Lombardía. La troballa es va produir quan els arqueòlegs supervisaven les restes d'una vila romana, trobats en les obres d'urbanització de Valardo, Màntua.

Són esquelets d'un home i una dona "molt joves", segons les seves descubridores. La novetat dels ossos oposats, batejats com "Els amants de Valardo", és la seva postura, ja que és la primera vegada que es troben els esquelets de dues persones d'edats similars abraçats.

La defunció de l'home i el posterior sacrifici de la dona per a ser enterrada amb ell és una de les hipòtesis que es remenen per a explicar la postura de soterrament. Al costat de l'esquelet masculí es va trobar una punta de sílex, mentre que en el de la dona es va trobar una fulla.

Se suposa que aquests instruments podrien ser part d'un aixovar funerari o bé van ser els empleats per a causar la mort, almenys de la dona.

dimecres, 20 de gener del 2010

LA VIDA


Per a mi la vida és l'instant
en que nosaltres estem aquí,
amb la capacitat de crèixer ,
conèixer,adaptar-nos i
reproduir-nos en el medi que ens proporciona el misteriós i
infinit univers.

dilluns, 2 de novembre del 2009

Placas Tectónicas


En la primera década de este siglo, la idea de que incluso los continentes, lejos de permanecer fijos e inmóviles, podían moverse en el curso de vastos períodos de tiempo no era completamente nueva. La persona más estrechamente vinculada a la teoría de la deriva continental fue el meteorólogo alemán Alfred Wegener. Wegener tenía interés de que en un pasado remoto debió existir algún puente terrestre que uniera Africa con Brasil, del mismo modo que Gran Bretaña estaba unida al continente hace 20.000 años, a través del canal de la Mancha, y Asia con América del Norte, a través del estrecho de Bering. Pero éstos eran ejemplos de puentes relativamente cortos. En cambio, el caso del vasto océano Atlántico hizo que Wegener considerara más seriamente la teoría de la deriva continental y, a partir de 1912, se dedicó a desarrollarla.

Postuló entonces la existencia original de un supercontinente, Pangea, que comenzó a separarse durante la era pérmica, hace más de 200 millones de años. América se desplazó hacia el oeste, alejándose de la masa continental eurasiática, y entre los dos continentes se formó el Atlántico. Australia se desplazó hacia el norte y la India se alejó de Africa. Más adelante, durante el cuaternario (hace 2 millones de años), Groenlandia se separó de Noruega. Algunos archipiélagos importantes, como los de Japón y las Filipinas, se identificaron como fragmentos dejados atrás por estas colosales separaciones.

El conjunto de la teoría proporcionaba una explicación satisfactoria de la distribución actual de las masas de tierra firme o continentales, pero era preciso encontrar el mecanismo que provocaba estos desplazamientos. A este respecto, Wegener supuso que las masas continentales flotaban sobre algún tipo de magma plástico, como el que mana de las grandes profundidades durante las erupciones volcánicas, y señaló que la constante rotación de la Tierra determinaría una deriva hacia el oeste.

¿Salvará un muro el delta del Ebro?


Entre 10 y 15 centímetros más, y el Mediterráneo anegará el Delta del Ebro. Tal subida del nivel del mar se prevé para 2050, advierte la Generalitat catalana. Para entonces, el agua salada topará con un dique de hasta dos metros de altura y 16 kilómetros de longitud. El Ministerio de Medio Ambiente confía en salvaguardar con barreras artificiales uno de los principales humedales al sur de Europa. El muro que envolverá como un guante la bahía dels Alfacs (Tarragona) es el primer paso para intentar que el Delta siga existiendo a mediados del siglo XXI. "Hacen la función de diques pero se integrarán como si fueran malecones. Nuestra intención es construir más barreras como ésta para anular los efectos del cambio climático", detalla el responsable del proyecto, Jordi Galofré.

La plataforma del dique acogerá un carril bici y un camino peatonal

El primer muro contra el cambio climático en España costará unos 16 millones de euros y abarcará el tramo más afectado por el aumento del nivel del mar en la cara sur del Delta. La zona que parte de Sant Carles de la Ràpita hasta topar con el arenal del estuario que se despliega abriéndose hacia Valencia quedará a resguardo de las crecidas marítimas en 2012.

Medio Ambiente realizará otra obra similar en la fachada norte de la desembocadura, entre Riumar y La Marquesa, prevista para 2013. El área comprende la enorme bahía del Fangar, un mar de dunas acorralado por la penetración de agua salada. Y Galofré augura que en los años siguientes otras barreras de hormigón blindarán los arenales más vulnerables al cambio climático para proteger los terrenos abocados a desaparecer bajo el Mediterráneo. "Estas obras nos permitirán conservar el Delta tal como lo conocemos hoy", subraya el técnico. Una tarea con éxito incierto porque el Ebro ya poco podrá aportar al Delta, alertan los expertos. "Las características actuales del río convierten su desembocadura en un milagro insostenible. Si el Ebro apenas tiene caudal para arrastrar sedimentos, el Delta sólo podrá mantenerse de forma artificial", señala Albert Rovira, del centro de investigaciones agroalimentarias de la Generalitat.

Rodearlo de diques puede cumplir esa función. Pero también puede destrozar un páramo frágil que nutre un ecosistema único. Lo señalan las entidades ecologistas, confusas ante la contradicción de salvar un espacio natural protegido a golpe de hormigón. "Tiene aspectos positivos pero esta construcción en un espacio tan sensible puede ser contraproducente", señala Elisenda Forest, de Ecologistas en Acción.

La bahía dels Alfacs conforma un auténtico nido por el que se pasean unas 300 especies de aves de las 600 existentes en Europa. Muchas de ellas cuidan de sus crías a ras de los terrenos que servirán de muro. Levantar una barrera que aísle del mar a la bahía dels Alfacs también puede apartarla de la fauna incapaz de adaptarse al nuevo entorno. "Requiere un detalle y una precisión que este proyecto no contempla. Los diques son sólo un parche para ocultar el verdadero problema: la gravedad del cambio climático y la escasez de caudal del Ebro", argumenta la asociación ecologista.

Ante las críticas, Galofré blande el documento que aprueba el impacto medioambiental de los diques. Señala que en las zonas contiguas al dique se trasplantarán vegetales propios del ecosistema del Delta. Estos muros, a su vez, favorecerán la explotación turística de la zona permitiendo el paso a áreas antes inaccesibles. La plataforma del dique, con una amplitud de seis metros, acogerá un carril para bicis junto a un camino peatonal. "Los valores medioambientales quedarán reforzados", sostiene Galofré.

Los regantes que siembran junto a la bahía dels Alfacs celebran el criterio de Medio Ambiente. "Es el primer paso en la buena dirección", asegura Jacint Ferrer, secretario de la Comunidad de Regantes del Margen Derecho del Ebro. "El Delta sólo se salvará con construcciones de hormigón. Lo demás son cuentos". Pese a que el mar aún queda a medio palmo de distancia, Ferrer recuerda que los arrozales llevan años a merced de inundaciones causadas por tormentas o marejadas.

Esta garantía de buenas cosechas no apacigua a los ecologistas. "No se puede cercar al Delta con ladrillos. Estos arenales son inestables, se mueven por efecto del río y los vientos", dice Forest. Y augura que en 2050 la barrera de diques podría quedar en tierra de nadie, en medio de los arenales que cercan la desembocadura del río y demasiado lejos del mar. Hasta que el efecto del cambio climático acerque el Mediterráneo al dique, al tiempo que sus aguas empiezan a engullir el Delta.